Has pensado alguna vez en la importancia que tienen las emociones en tu vida? 

Es común creer que las emociones tienen un origen instintivo y que aparecen de forma automática sin que puedas hacer nada al respecto: ciertos días “estas triste”, otros “estas alegre” y otros más “estas enojado”. 

Y aunque hay algo de cierto en ello, no siempre tiene que ser así. 

 

Los estados emocionales dependen en gran medida de la forma como interpretamos los acontecimientos. 

 

Ante una misma situación, puedes alegrarte o entristecerte. Eso dependerá del filtro a través del cual observes la realidad. 

Lo que quiero decirte es que tu puedes decidir cómo te sientes y puedes decidir también las emociones que transmites a los demás. Según el estado emocional que estés experimentando en ese momento es la calidad de la comunicación que tengas con las personas que te rodean. 

Cuando tus emociones dominan la comunicación, mostrarás timidez o agresividad. Cuando tú manejas tus emociones, mostrarás asertividad. 

Dicen que somos las emociones que comunicamos. Y también vivimos una realidad correspondiente con las emociones que comunicamos. Las emociones son un virus muy contagioso.  

 

En 1995, científicos de la Universidad de Parma, en Italia, realizaron un experimento con primates. En este experimento observaron que cuando los primates realizaban una actividad se activaban ciertas regiones del cerebro. Posteriormente, descubrieron que estas mismas regiones también se activaban cuando los primates sólo observaban cuando otros realizaban la actividad. 

 Llegaron a la conclusión que esto se producía gracias a las “neuronas espejo” Estas neuronas son las responsables de ese “contagio emocional” y por ello se les conoce como las neuronas de la empatía. 

 

¿Cuál crees que sea el resultado de transmitir emociones negativas y cuál crees que sea el resultado de transmitir emociones positivas? 

 

¿Qué emociones sientes y cuáles contagias a los demás? 

 

Recuerda que eres TÚ quien decide.