¿Eres una persona que cree que las cosas cambian por sí solas y que no hay necesidad de hacer nada al respecto?
Entonces no es necesario que sigas leyendo éste artículo.
Porque vamos a hablar de un tema que está totalmente relacionado con el cambio y la transformación: la retroalimentación o “feedback”, como se le conoce en el mundo anglosajón.
Podemos definir la retroalimentación como un proceso verbal y/o no verbal mediante el cual una persona le da información a otra sobre su conducta.
Esta información tiene el objetivo de influir en la otra persona para modificar su comportamiento y mejorar su desempeño.
En ocasiones, confundimos retroalimentación con crítica, pero son dos cosas muy diferentes.
La retroalimentación es un proceso orientado a la mejora continua y la crítica se enfoca principalmente en señalar los errores de la otra persona sin la intención de ayudarla para mejorar.
En la siguiente sección te explicaré de forma más detallada esta diferencia.
Retroalimentación vs. Crítica
Una de las principales diferencias entre la retroalimentación y la crítica es que la primera se enfoca en la mejora del receptor, mientras que la segunda consiste principalmente en el desahogo del emisor.
Por ejemplo, decir “Hiciste un pésimo trabajo” no ayuda en nada a la persona que recibe la crítica. En cambio, una retroalimentación del tipo “¿Cómo hiciste para lograr estos resultados y que puedes hacer para mejorar la próxima vez?” pudiera ser de gran ayuda para que la otra persona realice un cambio en su comportamiento.
Como puedes ver, la crítica se centra en el emisor, mientras que la retroalimentación se enfoca en el receptor, a quién se pretende ayudar.
Por último, podemos afirmar que la retroalimentación tiende a fortalecer las relaciones, pues tanto el emisor como el receptor cambian positivamente su conducta, mientras que la crítica
debilita las relaciones y no contribuye a generar un ambiente armónico y propicio para el desarrollo.
Tipos de feedback
Bien, pues ahora que ya sabemos lo que es la Retroalimentación y cómo se diferencia de la crítica, vamos a revisar los distintos tipos de feedback que existen:
Podemos clasificar los tipos de retroalimentación en dos categorías: según su procedencia y según su intención.
En la primera categoría encontramos el feedback interno y el feedback externo.
El feedback interno se refiere a la retroalimentación que te das a tí mismo. Cada vez que te miras al espejo, cuando estás solo, cuando eres consciente de tus pensamientos y emociones.
El feedback interno está relacionado con la regulación emocional, el autoconocimiento y toda la información que recibes de tí mismo. Por ejemplo, cuando te sientes nerviosa, experimentas un nudo en el estómago.
El feedback externo se produce cuando otras personas nos dan retroalimentación o cuando nosotros la damos a otras personas.
En éste punto es importante recordar que en el proceso de la retroalimentación efectiva, es necesario dar y recibir de forma adecuada.
Este intercambio mutuo de información orientada a ayudar a la otra persona para que mejore su rendimiento es lo que produce equipos exitosos.
En la segunda categoría, que clasifica los tipos de feedback según su intención, podemos encontrar la retroalimentación positiva y retroalimentación negativa.
La retroalimentación negativa es la que se da con el objetivo de satisfacer la propia necesidad del emisor.
Por otro lado, la retroalimentación positiva es cuando el emisor nos da información como un regalo para mejorar. para desarrollarnos, lo que permite un proceso de mejora continua.
Cómo aplicar la Retroalimentación
La retroalimentación efectiva es más que sólo señalar a otra persona sus errores para definir estrategias orientadas a la mejora continua.
Dar retroalimentación es todo un arte. A continuación te comparto algunos puntos que debes tomar en cuenta a la hora de dar feedback:
1. Busca el momento oportuno: no des retro en el primer sitio que se te ocurra ni mucho menos de forma inesperada y apresurada. Reserva un momento específico para ello y asegúrate de avisar con tiempo a la otra persona.
2. Pónte en el lugar del otro: Enfócate en la otra persona y en sus comportamientos, no en tí y tus necesidades.
3. Toca un tema a la vez: si tienes varios comportamientos sobre los que quieres dar feedback, hazlo uno por uno. En este caso tal vez sea necesario programar otra sesión.
4. Básate en hechos objetivos: no hables de sentimientos, actitudes o suposiciones. Enfócate en los hechos, en comportamientos concretos.
5. Sé breve y preciso: ve al grano y no hagas perder el tiempo a la otra persona. No trates de endulzar tus comentarios dándole vueltas y más vueltas a tus palabras.
6. Destaca cómo afecta ese comportamiento: hazle saber a la otra persona las consecuencias del comportamiento que se busca cambiar.
7. Piensa en las necesidades del receptor: en las de él, no en las tuyas.
8. Empieza y acaba de forma positiva: usa siempre un tono positivo y proactivo, no quejumbroso y pesimista.
La Retroalimentación es un proceso de comunicación que te será de gran ayuda en cualquier escenario: en tu trabajo, con tu familia e incluso con tus amistades.
No desaproveches la oportunidad de ayudar a otras personas a conseguir sus objetivos.